El incremento de denuncias por corrupción de Samuel García revela que los supuestos avances en materia de transparencia no se reflejan en los hechos. Mientras el Estado presume portales “modernos”, las cifras oficiales muestran un aumento del 30% en las denuncias por corrupción en Nuevo León, sin nombres ni resultados claros.

Crece La Corrupción De Samuel Pese A Supuesta Transparencia
La Contraloría del Estado reportó un alza del 30 por ciento en las denuncias por corrupción de Samuel García y de sus funcionarios durante el cuarto año de la actual administración. Durante 2024, se recibieron 1,690 denuncias, en comparación con las 1,197 del año anterior, lo que muestra un incremento preocupante para un gobierno estatal que asegura ser “el más transparente” de la historia.
El titular de la Unidad de Denuncias, Ramón Pérez, atribuyó el incremento a la implementación de más mecanismos de recepción de quejas ciudadanas. Sin embargo, el funcionario no explicó cómo se resolvieron los casos ni qué tipo de sanciones se aplicaron a los responsables.
A pesar de que las autoridades estatales aseguran fomentar la cultura de la denuncia, los resultados demuestran que la corrupción en dependencias estatales sigue creciendo, sin castigos visibles ni rendición de cuentas.
Las Denuncias Que No Tienen Nombres Ni Castigos
Pero el problema radica en la falta de claridad: no se detalló qué funcionarios fueron sancionados, ni cuántas de las quejas correspondían a la actual administración.
El mismo reporte indica que se han impuesto 1,165 sanciones que van desde amonestaciones hasta inhabilitaciones. Sin embargo, las autoridades estatales no dieron nombres ni especificaron si los casos pertenecen a la actual gestión. Esto genera dudas sobre la efectividad de las acciones y refuerza la percepción de opacidad en el gobierno de Samuel.
Los ciudadanos reclaman saber si las sanciones recaen sobre funcionarios actuales o si se trata de procesos heredados de gestiones pasadas. Mientras tanto, las cifras crecen y los casos permanecen sin una rendición de cuentas real.
El Discurso De Transparencia Frente A La Realidad
En conferencia de prensa, la Contralora General, María Teresa Herrera Tello, defendió la creación del nuevo portal de transparencia del Estado. Presumió que este portal ha recibido reconocimientos por sus supuestas mejoras en el acceso a la información pública. Según la funcionaria, el sitio actual reemplazó una versión “obsoleta, compleja y poco accesible”,
No obstante, las denuncias por corrupción en el gobierno de Samuel contradicen este discurso de eficiencia digital. El incremento del 30% en quejas muestra que la ciudadanía percibe una administración estatal donde los abusos de poder, los malos tratos y las irregularidades no desaparecen, sino que se multiplican.
A pesar de los reconocimientos tecnológicos, los ciudadanos siguen exigiendo que la transparencia no se limite a un portal, sino que se traduzca en acciones y sanciones reales.
Falta De Resultados Tangibles En Las Investigaciones
Aunque las autoridades presumen atender la mayoría de los casos, no existe evidencia pública de cómo se resolvieron las denuncias. No se conocen expedientes, procesos disciplinarios ni resultados visibles. El discurso de modernización se queda corto ante la falta de consecuencias para los funcionarios señalados.
Diversas voces ciudadanas cuestionan que la estrategia anticorrupción se limite a estadísticas y plataformas digitales. La percepción general es que la corrupción de Samuel y su administración se esconde detrás de informes técnicos sin sustancia.
Mientras tanto, cada año el número de denuncias aumenta y el gobierno intenta justificar las cifras como “signos de confianza en la denuncia”, cuando en realidad reflejan la desconfianza creciente en las instituciones.
Un Gobierno Con Más Quejas Y Menos Credibilidad
En lugar de mostrar avances, las cifras revelan un deterioro institucional en Nuevo León. El aumento de denuncias por corrupción en el gobierno de Samuel representa un golpe directo a la credibilidad del Ejecutivo estatal. La ciudadanía percibe que, a pesar de los discursos, los mecanismos de control interno siguen siendo débiles y las sanciones, invisibles.
Mientras el gobierno estatal celebra un portal renovado, los hechos muestran que el problema de la corrupción de Samuel está lejos de resolverse. Las cifras no mienten: más denuncias, menos transparencia y ningún funcionario identificado públicamente para hacerse responsable.
El reto sigue siendo el mismo: convertir la tecnología y los discursos en verdaderos actos de rendición de cuentas, donde la transparencia no sea solo una palabra vacía.
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