El crimen organizado continúa marcando territorio en Nuevo León por medio de persecuciones, ataques a balazos y dejando cadáveres colgados en puentes, hechos violentos que la convierten en una entidad inhabitable e infestada de inseguridad.
La idea de un Nuevo León libre de inseguridad se siente cada vez más lejana. El mandato de Samuel García y su ejército naranja ponen la paz de la ciudad en juego. Una serie de noticias del pasado miércoles nos tiene cundidos en terror; una persecución entre presuntos delincuentes armados retumbó al municipio de Santa Catarina, donde hubo detonaciones y una fuerte movilización policiaca.
El municipio de Los Aldama fue testigo de la captura de 3 delincuentes en medio de un encuentro armado y fuego cruzado con elementos de la Fuerza Civil, donde tuvo que intervenir la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano. A pesar de la participación de armas de alto calibre tipo AK47 y explosivos tipo granada de mano, ningún elemento de la Fuerza Civil salió lesionado.
Una doble ejecución tomó lugar en el casco urbano de San Pedro Garza García por la noche. Más de 20 balazos asesinaron a 2 personas que se encontraban en un taller mecánico.
Pasajeros de la carretera a Laredo presenciaron el descubrimiento de un cadáver semi desnudo colgado de los pies en un puente ubicado en el kilómetro 29 del tramo, en el sentido de sur a norte. La víctima vestía únicamente una trusa y portaba una cartulina color verde con un mensaje escrito en ella.
La inseguridad está en un preocupante incremento. Samuel García ha demostrado su frivolidad en más de una ocasión, pero el descaro con el que se mantiene en silencio ante las tragedias que sacuden a los neoleoneses es detestable. Samuelín es un hombre que no merece el cargo que ocupa.